Enric Riera y su horizonte inalcanzable
Diario de Ibiza, 17-06-2015.
C. Convalia | Formentera
Enric Riera (Formentera, 1963) vuelve a Ibiza en solitario después de cinco años con una exposición titulada ‘L’horitzó inabastable II’. La muestra, que se inaugura esta tarde a las 20 horas, se podrá ver en Es Polvorí hasta el próximo 5 de julio e incluye una decena de telas de mediano y gran formato, otras tantas obras en papel de menor tamaño y pinturas que realiza sobre trozos de madera que se encuentra en el mar.
En principio esta exposición iba a ser la repetición de la que presentó en Formentera en julio del pasado año con el mismo título. Una idea, la del horizonte inalcanzable, a la que este creador se enfrenta cada mañana cuando abre la ventana de su casa, en Punta Prima, muy cerca de los acantilados que, como un balcón, se abren al mar y a esa línea del horizonte que se ha convertido en el elemento fundamental de su obra.
En esta ocasión desvela que no ha podido llevar toda la obra que se pudo ver en Formentera y que eso le ha obligado a replantearse la muestra con nuevas obras que ha realizado en el último año y que se podrán ver, por primera vez, en esta sala que gestiona la Fundació Baleària, junto al baluarte de Santa Llúcia de Vila.
La inalcanzable línea azul que representa para el autor el horizonte se ha convertido en una de sus señas de identidad, que conjuga con su constante experimentación con las simetrías y las proporciones de los planos. Todo ahondando en lo abstracto, después de una época en el que la figuración ha sido su estilo de referencia. De hecho, ya ha abandonado sus símbolos habituales como los peces, las barcas y las escaleras con las que se ha identificado su obra durante la última década. No obstante rebuscando entre las telas aún se puede intuir alguna nube en un intento de enlazar lo poco que le queda de figuración a su trabajo reciente.
Riera ya solo utiliza el acrílico después de un largo periodo con el óleo y eso se nota en la gama de colores que ahora forma su paleta cargada de colores fríos. Por eso el azul sigue siendo la base en la que desarrolla todos sus tonos, pero incorpora el esmeralda sin renunciar a los grises y los blancos.
Pero su estilo es finalmente el resultado de un constante proceso creativo que le lleva necesariamente a lo que es su obsesión por la simetría, que está en el origen de su obra y que se mantiene en su madurez creativa.
Enric Riera es poco amigo de las palabras y prefiere expresarse con sus cuadros. Mientras aplica un constante sentido del humor a la hora de intentar describir y dar sentido a lo que produce, quizá por timidez. Su lenguaje pictórico sigue girando en torno a la superposición de planos y el trabajo con la línea que se materializa en el título de esta exposición: «La línea del horizonte, es abstracta, no existe, es inalcanzable», asegura mientras mira al infinito.
Riera vive la pintura como algo muy profundo, unida a su propia conciencia y que le provoca sufrimiento pero también alegría, algo que también transmite. Con esta exposición definitivamente se ancla en lo abstracto en donde parece sentirse mucho más cómodo. De hecho reconoce que esta muestra «es lo más abstracto» que ha hecho nunca y parece que va a seguir en esa línea.